Diario Patagonico 2000

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Prologo:
Desde muy pequeño, he sentido una atracción especial hacia las 2 ruedas, al punto de perder la noción del tiempo con solo detenerme a ver alguna moto aparcada en cualquier sitio. Ni hablar de escuchar el sonido de alguna moto pasando cerca, y esa sensación de no poder quitarle la mirada, a la vez que soñaba en silencio con la ilusión de algún día poder montar en una.
El tiempo fue pasando y la ilusión fue creciendo, y así fue que en el año 1985y con 21 años, pude comprarme mi primera moto (una preciosa Kawasaki GTO 110)
Que decir de este acontecimiento??? Esto era solo el comienzo, la sensación que muchas veces havia soñado, ahora, la vivía en directo.
Y ahora, echando la vista atrás, creo que ha sido la mejor inversión de mi vida. Después de esto, los cambios se sucedieron casi sin darme cuenta, pasando por Yamaha, varios modelos de Honda y algunas otras Kawasaki.
También en estos años descubrí lo que era una concentración de motos con todo lo que eso implica, y asistiendo a todas las que podía y casi sin darme cuenta, fui conociendo muchos bonitos sitios de la tierra donde nací.
Para el año 1995 y después de 10 años de motos, concentraciones, viajes cortos, y conocer gente maravillosa con quienes compartir tan bonita afición, se me metió en la cabeza la idea de hacer un viaje de muchos kilómetros y para dicho viaje, el plan era en principio hacerme con la mejor moto que podía adquirir en aquellos momentos. Así fue que el 6 de enero de 1998, estrene mi 1ª. Honda Transalp 600 roja, una verdadera maravilla, a la cual le coloque una buena defensa, un par de maletas laterales, una maleta superior y 2 luces antiniebla, a modo de preparación para el viaje.
Con los mapas necesarios, comencé a planificar las rutas y caminos a recorrer y así fue que en febrero de 1998, me lance a la 1ª aventura por una parte de la Patagonia Argentina y la Cordillera de los Andes, recorriendo unos 3500Km y visitando solo la parte central de Argentina y Chile.
La experiencia fue técnicamente enriquecedora, y además de lo aprendido respecto de la conducción en autovías y carreteras, rescato el aprendizaje respecto de los accesorios necesarios para un gran viaje. (Equipamiento, ropa, alimentos, herramientas, etc.) Por otra parte, la gran cantidad de sitios maravillosos y la enorme cantidad de gente estupenda que conocí, me sirvieron para pensar, ni bien llegar a casa, en el próximo gran viaje.

ACLARACION: En 1998, en Argentina, dadas las condiciones económicas del país, la falta de materiales adecuados para viajar en moto, y sumando a mi falta de experiencia en viajes largos, el equipamiento al que tuve acceso era mas o menos el siguiente: Botas similares a las que hoy se usan en las obras para trabajar, chaquetas de piel mal confeccionadas y sin refuerzos y/o protecciones de ningún tipo, los abrigos de lana polar eran un lujo en esa época, sacos de dormir normalitos, pantalones vaqueros, cascos integrales muy pesados y guantes de esquiar, pañuelo para el cuello y un chubasquero por si llovía. En resumen, nada era lo adecuado.

Esta primera aventura duro solo 20 días, inolvidables, aunque el verdadero gran viaje, lo realice en el año 2000.
El toque triste de mi historia motera, se dio el 28 de marzo de 1998, cuando 2 sinvergüenzas se metieron en mi casa y a punta de pistola se llevaron la Honda Transalp, con 2 y ½ meses de uso y 9000 Km, algunas cositas mas materiales, y sobre todo, mi tranquilidad. (Entre los años 1995 al 2000, el parque de motos de alta cilindrada en Argentina, disminuyo drásticamente debido a la cantidad de robos con violencia de este tipo de vehículos, que se acababan comercializando en países limítrofes o como recambios en casas de desarme)
Este hecho motivo mi traslado de la provincia de Buenos Aires, que cada vez era más insegura, a un sitio más tranquilo, a 1500 Km al sur de Argentina, la ciudad de Puerto Madryn, en la provincia de Chubut.
A pesar que desde entonces, para mí, ya no fue lo mismo tener moto en Argentina, la pasión por las 2 ruedas no disminuyo, y así es que en octubre de 1999, en la ciudad de Puerto Madryn, y con mucho sacrificio y privaciones, me pude hacer con otra Transalp 600, la cual será mi compañera en la historia que compartiré.
Mi amigo Darío desde Buenos Aires, con una Honda CBR 600, (Darío tenia una Transalp también, pero al igual que a mi se la habían robado hacia 6 meses) y yo desde Puerto Madryn, empezamos a hacer planes para hacer, en enero del 2000, un gran viaje por toda la Patagonia Argentina.
En las proximas semanas, ire transcribiendo el contenido del diario de viaje, dia por dia, espero que os guste.

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Sábado 8 de enero de 2000, 4:30 AM
Darío me llama por teléfono, según lo hablado anteriormente, y confirmamos que ya nos poníamos en marcha hacia ese ansiado viaje, el cual hace tiempo que venimos planeando. Mi compañera ya esta lista (En realidad, la Honda Transalp 600 esta lista desde el jueves)La ansiedad, casi no me ha dejado dormir, y a pesar de esto, no tengo nada de sueño, así que me bebo un té con limón y siendo las 5:30 AM, me pongo en marcha para encontrarme con Darío en la ciudad de General Alvear a mas de 1000 Km. de mi casa en Puerto Madryn.
La mañana esta un poco fresca y oscura en la ruta nº 3, mientras me dirijo hacia el norte.
Hago mi primera parada a 100 Km., en una gasolinera a las afueras de Sierra Grande, pequeño pueblito minero patagónico en la provincia de Río Negro.
Tras este repostaje reemprendo el camino, pasando por la localidad de San Antonio, justo en el momento que comienzo a sentir un poquito de calor por el sol que ya buena falta me hacia. Así continuo hasta la ciudad de Choele Choel, en el limite entre las provincias de Río Negro y La Pampa, donde aprovecho para quitarme algo de la inmensa cantidad de ropa que visto, repostar tras los 280 Km. recorridos desde el ultimo repostaje y estirar un poco las piernas. Ya siendo las 10:00 AM, reanudo el viaje.
Así es que llego a un pequeño parador, perdido en medio de la nada, a 30 Km. de la ciudad de Cipolleti, sobre la ruta nacional 151, donde con 2 bocatas horrendos y una cervecita, me repongo para seguir adelante. Ya son las 13:00 y llevo recorridos casi 600 Km, masajeo un poco el culo, y camino alrededor de la moto para reactivar la circulación en las piernas. Tras la comida y el descanso, sigo unos kilómetros mas, hasta dar con una gasolinera donde hago un nuevo repostaje y la tomo como excusa para un nuevo descansito, luego llego a la localidad de Santa Isabel, en la provincia de La Pampa. En este momento ya faltando poco para el lugar de encuentro con Darío, no me queda mas remedio que echarme en un prado a relajarme y descansar, ya que han quedado atrás mas de 1000 km., por suerte, con muy buen tiempo y una carretera bastante aceptable. Después de 20 minutos de descanso, junte coraje y proseguí mi camino, llegando a la ciudad convenida (General Alvear) a las 19:00 hs. Allí, en la avenida de San Martín, junto al monumento de dicho prócer argentino, enciendo mi equipo de onda larga ICOM 2100 H, que había montado en el manillar, e intente localizar a Darío llamándolo.(el teléfono móvil era bastante nuevo en ese momento en Argentina, y bastante costoso, y casi sin cobertura en el interior del país, y como previsión para cualquier emergencia, aprovechando mi condición de radioaficionado, llevamos equipos de radio por si debíamos comunicarnos)
Para mi sorpresa, Darío me responde a la primera, jajajajaja. Que haces amigo???? ¿Dónde estas???, y es así que me responde y mientras nos contamos donde esta cada uno, y tratando de encontrar referencias, caemos en la cuenta que estamos a 2 calles uno de otro. Enseguida me dirigí hasta donde él estaba, ocupamos un asiento publico en medio del bulevar que recorre la avenida y nos fundimos en un gran abrazo, festejando el encuentro para el viaje que emprenderíamos. Que deciros, la alegría de que todo estuviera saliendo a pedir de boca, la sensación de estar viviendo lo que hasta ese momento era un sueño, no puedo explicarlo con palabras. Y ahí estaban, una Honda CBR y una Honda Transalp, con un par de amigos haciendo un sueño realidad. Tras una hora de charla, comentando el viaje que nos había llevado hasta ahí, y los planes para los próximos días, mientras tomábamos unos mates y nos relajábamos de los kilómetros recorridos, y en torno a las 20:30 hs., nos pusimos otra vez en marcha, ahora juntos, llegando el centro de la ciudad de San Rafael en la provincia de Mendoza a 250 Km. del punto de encuentro, y donde nos detenemos para compara carne, pan y vino. Amarramos la compra en las motos y repostamos gasolina, y a las 23:00 llegamos al camping “La Rayuela” en las afueras de San Rafael, provincia de Mendoza, en medio de la cordillera de los Andes, en un paraje sin luces, con carreteras de tierra y piedras, y alejado de todo lo civilizado, donde se podían ver mas estrellas de las que jamás había visto. A esta hora poco común para el arribo de turistas, sale a nuestro encuentro el dueño del establecimiento, Un tal Fabio, un personaje muy majo, que nos dio una calurosa bienvenida y no dejaba de sorprenderse que viniéramos en moto desde tan lejos. Fabio nos aconsejo de la mejor zona de acampada del establecimiento y así es que montamos la tienda a 10 metros del río Atuel, inmediatamente, conectando una luz portátil al mechero de mi moto, para poder ver algo, comencé a hacer el fuego para preparar la cena (barbacoa), improvisamos una mesa y no paramos de hablar, recordando los tiempos en que este viaje era solo planes. Ya sin fuerzas, bien cenados y con el relax que produce una botella de vino, nos fuimos a dormir a la 1:20 AM.

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Domingo 9 de enero:
Nos levantamos a las 8:00 AM. El día se presenta estupendo, (esto parece el paraíso), Darío se levanta primero y lava los platos de la noche anterior y prepara unos mates para desayunar. (Cabe aclarar que hemos llegado a un acuerdo en el que yo cocinare a diario y Darío se encarga de lavar los platos y los elementos de cocina. Antes de emprender la marcha, y rodeados de un paisaje lleno de montañas muy verdes y el sonar de un río que pasa a escasos metros nuestros (Río Atuel), planificamos lo que vamos a hacer ese día. Acto seguido, preparamos un poco las motos y emprendemos el paseo. En primer lugar, fuimos a visitar el gran dique que esta en el portal del Cañón del Atuel, esa fue nuestra primera incursión por carreteras de montaña sin asfaltar. Todo lo que se ve es realmente precioso, no alcanzan los ojos para quedarse con lo que vemos, así que nos detenemos a tomar unas fotos y proseguimos hasta encontrar unas cuevas con pinturas rupestres, hechas por los indios Huarpes, el camino que se aparta de la carretera unos 10 kilómetros, es de tierra y grandes piedras, lo que dificulta bastante la circulación. Entonces llegamos al final del camino, donde dejamos las motos y proseguimos a pie unos 700 metros hasta las enormes cuevas. El paraje esta desierto, y solo pudimos llegar a él por recomendación de Fabio, que es el dueño del camping donde paramos, ya que este sitio no es turístico y solo lo conoce la gente de la zona. A pesar de lo desértico, estamos muy acompañados, ya que en el sendero recorrido nos hemos cruzado con algunos animalillos como serpientes de muchos colores, arañas enormes, escorpiones y algún zorro. En torno a las 13:30 hs. Y después de haber recorrido todo lo posible, ponemos rumbo al camping con intención de comer algo. En el camino al camping, descubrimos un hostal de pueblo, con un cartel en la puerta ofreciendo comidas caseras y vino casero. Esta de mas decir que acertamos en para y comprar ahí la comida, 2 enormes filetes de ternera empanados con patatas fritas y jamon, con 2 litros de vino tinto casero. Al llegar al camping, nos damos un verdadero y abundante festín, tras lo cual, no pudimos resistirnos a la tentación de meternos a la piscina, donde el agua corre de manera permanente, ya que procede del rió Atuel.
Tras este día tan bien aprovechado, a eso de las 19:00 hs. Y después de un reconfortante baño, nos dirigimos al centro de la ciudad de San Rafael, con tanta suerte, que dimos con un grupo de motoristas pertenecientes a un MC del lugar, quienes nos invitaron a tomar con ellos unos mates y unas galletas en la plaza dl centro de la ciudad. El coloquio se extendió hasta las 22:00 hs., momento en que decidimos ir a cenar y cada cual para su casa. Obvio que nosotros pusimos rumbo a una pizzería donde nos pusimos las botas entre pizzas, cervezas y empanadas. Entre charla y charla, y comentando lo vivido ese día, se nos hicieron las 2 de la madrugada, hora en que emprendimos el regreso con un frío que pelaba, para llegar a las 3:00 hs. Directo al saco de dormir.
* El mate es una bebida del tipo infusión, parecida al té, pero con un sabor característico, se sirve en un cuenco parecido a una calabaza pequeña y se sorbe con una bombilla, que se comparte normalmente entre amigos o familia,

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Lunes 10 de enero
Nos quedamos dormidos, y no respetamos la hora de levantarnos, ya que ese día teníamos planes de seguir viajando, cosa de todos modos hicimos. A toda prisa desmontamos la tienda de campaña, preparamos y colocamos los bultos en las motos y después de tomar unos mates pusimos rumbo a la frontera con Chile, en el Paso de los Libertadores, paramos en San Rafael centro a cargar gasolina y tratamos de recuperar el tiempo perdido hasta llegar a Lujan de Cuyo, ( bonita ciudad de la provincia de Mendoza distante unos 180 Km. de San Rafael) rodando entre 140 y 160 km/hora, donde hicimos una nueva parada de repostaje tanto para las motos como para nosotros. Desde este punto continuamos hacia el pequeño pueblo de Uspallata situado en medio de la Cordillera de los Andes, dicho trayecto lo hemos hecho entre maquinaria pesada ya que han comenzado las obras para la construcción de un acueducto, a pesar de la maquinaria el paisaje y las vistas no se vieron deslucidas en lo mas mínimo.
Ya en el pueblo de Uspallata mientras hacemos los tramites de aduana para cruzar la frontera, nos sorprende una tormenta de granizo que dura escasos 10 minutos, tiempo que aprovechamos para tomar un refrigerio al reparo de un techo de una gasolinera que se encuentra en ese lugar. Al acabar la tormenta el cielo se despejo rápidamente dejándonos ver nuevamente el sol y decidimos continuar el camino rumbo a la frontera para que así a las 17:30 nos resulta inevitable hacer una parada en Puente del Inca, pequeño paraje montañoso con innumerables manantiales de aguas termales y es así que decidimos pasar la noche en este paradisíaco sitio.
Puente del Inca es una formación natural de piedra en forma de puente que fue utilizada por los antiguos incas como centro de operaciones para sus conquistas. No hace muchos años una empresa privada intento transformar el sitio en un balneario para aprovechar los manantiales de agua termal, dicho emprendimiento no tuvo en cuenta la cantidad ni la calidad de los manantiales, y así es que después de su construcción y antes de su inauguración, los muros del balneario empezaron a agrietarse dejando aparecer nuevos manantiales de agua termal. La empresa constructora decidió abandonar la obra y el agua cargada de azufre con el correr de los años hizo de las piscinas artificiales y las cascadas una sorprendente estructura que sepulta lo artificial.
Visto este panorama nos fue imposible negarnos a pasar la noche aquí y así es que montamos la tienda de campaña detrás de un refugio y a pesar de que había un viento muy fuerte decidimos que era una buena idea. Con esta maravillosa posibilidad de conocer personas y lugares, era una constante en nuestro viaje, al detenernos en cualquier sitio, relacionarnos con las personas del lugar pidiendo consejo de sitios interesantes que visitar, artículos autóctonos que adquirir y comidas y bebidas que degustar.
Mientras montábamos la tienda de campaña se nos acerca una mujer de avanzada edad y rasgos indígenas que sorprendida por el vernos llegar en las motos se acerco a conversar con nosotros, siendo ya las 18 horas y en medio de la charla, fue inevitable un comentario por nuestra parte acerca del fuerte viento en ese sitio a lo cual la mujer nos comento que alrededor de las 19 horas el viento se acaba repentinamente, y OH SORPRESA, ESO ERA CIERTO !!!!!!, esa tarde y noche fueron inolvidables, nos dimos un baño termal solo para elegidos, durante casi 30 minutos, tras lo cual estábamos tan relajados que no podíamos caminar, después de ese baño hicimos una pasta con manteca y queso que nos regalaron en ese lugar y nos acabamos el poco vino casero que nos quedaba, para acabar desmayados en nuestros sacos de dormir hasta el otro día

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Martes 11 de enero
Nos levantamos a las 07:45 horas. Después de una noche muy tranquila, mientras tomábamos unos mates para desayunar, desarmamos el campamento y preparamos las motos para retomar el viaje.
Salimos a las 09:00 horas e hicimos una parada en el puesto aduanero donde hubo que presentar otra vez toda la documentación personal, porque a lo que a las motos se refiere ni las miraron, ni las controlaron, ni nada, clara señal que quien quiera sacar una moto robada de Argentina puede hacerlo por este paso de los Libertadores que dicen que es uno de los mas transitados y controlados, jejejejejejejej. Estos tramites de dilataron hasta las 10:30 horas, al salir del edificio y ya rumbo para Chile, decidimos intentar llegar al Cristo Redentor, monumento que se encuentra a 4200 metros de altura, y claro esta que lo logramos, aunque para ser sinceros, el único inconveniente para las motos fue el propio camino, con pendientes bastantes pronunciadas y la tierra suelta, produciendo en algunas ocasiones algún que otro resbalón que nos pone el pelo de puntas, pero nada mas. Ya en el Cristo se pueden ver dos sectores el lado chileno y el lado argentino, (separados 100 metros uno del otro) el lado chileno tiene servicio de bar, puesto de productos regionales, artesanía y souvenir, atendido por gente muy amable en incluso con un libro de visitas donde por supuesto Darío y yo firmamos ( pagina 292). El lado argentino un desastre, no encontramos a nadie, el lugar parecía un gran baño publico descuidado, con los cristales rotos y un olor insoportable, en síntesis una verdadera vergüenza. Acabada esta fugaz visita y tras descender del Cristo, y ver algún que otro sitio con un poco de nieve, retomamos nuevamente la ruta, que rápidamente se transformo en un túnel muy frió, el cual tiene en su interior, en la parte media un cartel que dice, “Bienvenidos a Chile”. Ya del lado chileno, apenas salimos del túnel, nos encontramos con la aduana chilena, quienes trabajaron mas responsablemente, a pesar que nos hicieron desarmar hasta los bultos que llevábamos en las motos.
Cuando por fin nos dejaron salir, entre rutas de montañas nos encontramos con el lago del Inca, impresionante porción de agua situada en medio de la cordillera chilena con el agua de color verde esmeralda y a cuyas orillas se encuentra un lujoso hotel, aquí también tomamos unas cuantas fotos, y seguimos hasta encontrarnos con el camino de los caracoles, bastante pintoresco y lleno de curvas, pero no apto para los que se marean. Este camino de los caracoles es llamado así por ser un camino construido en la ladera de la cordillera de forma serpenteante y que nos sirve para descender mas de 1000 metros.
Al acabarse el camino de los caracoles continuamos por la carretera hasta llegar a un pequeño pueblo llamado Los Andes, donde nos detuvimos para repostar las motos y nosotros, aparentemente el aire de montaña despertó nuestro apetito al punto que acabamos con un enorme pollo, medio kilo de ensaladilla, pan y dos litros de coca cola, sentados muy cómoda y tranquilamente al lado de nuestras motos, en medio de un boulevard, en la avenida principal del pueblo y gozando de un DIA estupendo, con sol y bien despejado. Tras esta merecida comida y el cigarrillo obligado de mi compañero Darío, siendo las 15 horas seguimos camino hacia Viña del Mar, localidad chilena netamente turística a orillas del Océano Pacifico, en el camino nos tomo por sorpresa un fuerte viento lateral que nos produjo un leve retraso en el horario planificado, pero de todos modos alrededor de las 17 horas, llegamos. Tras recorrer un poco la zona costera nos dirigimos a la oficina de turismo para obtener información acerca de hospedajes o camping donde pode pasar la noche. Después de descubrir que todas las recomendaciones que nos habían hecho de camping y hospedajes en la oficina de turismo eran abusivas económicamente, y lejos de nuestro presupuesto salimos y cerca de la oficina se nos acerco un señor que se presento como Pedro, simpático y oportuno lugareño, que por supuesto, sabia donde podíamos hospedarnos a buen precio y no muy lejos de allí. Con cierta desconfianza, pero agradeciéndole la información, nos dirigimos a donde él nos indico. Al llegar descubrimos que también estaba fuera de nuestros planes por la calidad del lugar, pero vaya casualidad, se nos ocurre preguntar a una señora que fregaba el portal de su casa si sabia donde podíamos hospedarnos a buen precio. Esta mujer nos ofreció por un módico precio quedarnos en su casa con su maravillosa familia.Después de reconocer la casa y la familia, lo primero fue darnos un merecido baño que dicho se de paso, ya nos estaba haciendo buena falta. Después del baño nos cambiamos y fuimos a recorrer los alrededores y conocer un poquito este pintoresco lugar, también aprovechamos para ir a l supermercado Lider, donde nos aprovisionamos un poco para esos días que permaneceríamos allí. A eso de las 23 horas regresamos a la casa, preparamos una ensalada para cenar y nos quedamos de charla de aventuras de viajes hasta las 3 horas, momento en el que nos venció el cansancio y nos fuimos a dormir. Cabe aclarar que esa noche después de 5 noches a pesar de que parecían muchas mas, por fin dormíamos en unas camas con colchón y sabanas limpias.

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Miercoles 12 de enero
Nos levantamos a las 10 horas y después de tomar unos mates que preparo Darío y con mucha pesadez efecto del relax, fuimos a pasear por el centro. En un momento paramos en un kiosco para que Darío se compre tabaco, en el momento de pagar se da cuenta de que no tiene su cartera, donde también llevaba el dinero de un fondo común que habíamos hecho para algunos gastos. Al parecer cuando bajo de la moto se le había caído la cartera y un aparcacoches oportunista la cogió sin que nos diéramos cuenta. Cuando asimilamos la perdida y con Darío bastante consternado decidimos que como ya eran las 14 horas era una buena idea comer. Nos dirigimos por recomendación de un lugareño a una casa particular donde su dueña preparaba algunas comidas para vender al publico, obviamente sin controles ni licencias ni nada, pero con la mano de la comida hecha en casa. Nos servimos una docena de empanadillas de carne y de jamón y queso acompañándolas con zumo de naranjas, todo estaba exquisito, la comida nos sirvió para charlar sobre la perdida de la cartera que por suerte contenía dinero nada de documentación y decidimos que este desafortunado hecho no opacaría para nada el viaje (de hecho no lo hizo y no se hablo mas del tema).Después de comer fuimos a la playa de Reñiaca, famosa por su turismo y por estar rodeada de hoteles y centros vacacionales. Este fue nuestro primer día de playa en el pacifico y puedo decir que impresiona el ruido de las olas contra las piedras y lo profundo que se hace a pocos metros de la orilla. Recordemos que gran parte de Chile esta situado en la Cordillera de los Andes y eso hace que a pocos metros de la orilla se alcancen grandes profundidades.
A las 19 horas y todavía con el sol en el cielo decidimos montar nuestras motos para recorrer un poco mas la ciudad y así fue como a las 21 horas regresamos a la casa/hospedaje y continuamos con la dieta de verano, cenando unas nectarinas. Y después de una sobremesa bastante prolongada con mas anécdotas nos fuimos a dormir.

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JUEVES 13 DE ENERO
Amanecemos a las 7 de la mañana, con mucha tranquilidad preparamos los bultos y las motos mientras tomamos unos mates preparados siempre por Darío, y tras una conmovedora despedida de la gente que tan cordial y amistosamente nos ha acogido en su hogar, partimos con rumbo sur. Después de un par de horas de ruta tranquila, peajes y túneles chilenos, nos encontramos a eso de las 13 horas atravesando Santiago de Chile, una ciudad capital como muchas otras, repletas de autobuses, coches, y sobre todo mucha gente cosa que se nota con desagrado, cuando viene viajando por rutas solitarias y tranquilas. Este recorrido obligado por Santiago de Chile lo realizamos con toda rapidez ya que no consideramos que no era el momento adecuado de visitar lo que sin duda es una ciudad interesante. Dejamos atrás Santiago, y como a las 15 horas paramos en una gasolinera / ultramarinos a comernos unas hamburguesas que no estaban nada mal. Como a las 16 horas nos empieza a dar el sueño de la tarde, el sol esta calientito y lo único que se ve es una ruta monótona con hierbas a ambos lados y sin nada ni nadie que nos distraiga de la monotonía que esto representa acrecentando así la pesadez pero seguimos adelante haciendo kilómetros y kilómetros. A las 20 horas por fin decidimos detenernos tras haber rodado mas de 700 kilómetros en lo que llevamos de día. Para esto decidimos entrar en un pueblo llamado Los Ángeles, el que recorremos de punta a punta en 15 minutos buscando comprar algo para cenar. Resultado lo obtuvimos en un pequeño ultramarino ilegal unas sopas instantáneas en sobre y un poco de embutido. (al igual que en cada pueblo en donde nos detenemos la gente del lugar se reúne inmediatamente en torno a las motos y con mucha curiosidad nos hacen muy amablemente el interrogatorio de rigor, de donde vienen??, a donde van?? Las motos son rápidas??, etc. Curiosidad que nos sirve de excusa para comenzar agradables y a veces prolongadas charlas muy amenas con muchas personas interesantes, y averiguando nosotros sobre sitios interesantes para recorrer que solamente los oriundos del lugar conocen). Seguimos viaje hacia el sur por la misma ruta, y de repente nos encontramos con un motero que insistió que fuéramos a dormir a su casa( tras una deliberación con Darío decidimos no ir ya que el mencionado motero se mostró demasiado amistoso y demasiado interesado y preferimos evitarnos un problema), para llegar a un pueblo llamado Temuco a las 21:30 horas, aparcamos detrás de una gasolinera donde procedimos a prepararnos las sopas de sobre y el embutido para cenar junto con una botellita de vino para después, ya rendidos por el viaje del día nos fuimos a dormir.

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VIERNES 14 DE ENERO
Nos levantamos a las 7 de la mañana y descubrimos un cielo muy nublado que auguraba una muy próxima tormenta. Desmontamos la tienda de campaña a la brevedad y mientras armábamos los bultos y preparábamos las motos con el silencioso deseo de que el tiempo mejore, desayunamos unos mates con unas galletas que aparecieron en uno de los bultos y solo dios sabe de cuando eran, pero que en ese momento supieron a pasta de pastelería. A las 8 de la mañana partimos con rumbo sur para recorrer unos 100 Km. aproximadamente con el cielo muy nublado y en algunos tramos de carretera mucha niebla, decidimos parar en una gasolinera a llenar los depósitos y hablando amablemente con el dependiente nos comento que “este tiempo que venimos viendo es normal en la zona y que la niebla levantaría y el cielo despejaría a las 11 horas aproximadamente”. Creer o no creer a las 11 horas y en medio de la ruta, de manera sorpresiva la niebla se fue por completo permitiéndonos un cielo limpio y con un sol radiante. Con este clima favorable y una sonrisa en el alma, disfrutando de cada metro recorrido atravesamos la localidad de Villarrica, muy bonita comarca en el sur de Chile. Por fin a las 12:30 horas llegamos a Pucon, otra bonita ciudad del sur de Chile donde decido hacerle un cambio de aceite y filtro a mi Transalp que ya le venia haciendo falta y tuve la suerte de conseguir dichos artículos en esta ciudad. El mantenimiento lo efectúo en una gasolinera donde aprovechamos con Darío para lubricar las cadenas de las dos motos y para comer unas riquísimas empanadas de carne que vendía un chavalin de no mas de 10 años con una cesta bajo el brazo y muy simpático. Dicho niño se acerco con su cesta bajo el brazo y nos pregunto “señores ¿quieren empanadas calientitas?, a lo que le respondimos :¡a ver que tienes!, y nos enseño levantando un trapo por encima de la cesta dos docenas de empanadas, y ofreciéndonos 6 empanadas por 25 pesos chilenos. Compramos las 2 docenas de empanadas por 100 pesos chilenos equivalentes en aquel momento a 0,20 centavos de pesos de argentina, equivalente hoy a 0,15 €. Debo aclarar que fueron unas de las empanadas más ricas que he comido en mi vida. Ya al atardecer y con las motos listas salimos con rumbo a la frontera Argentina, a los pocos kilómetros comienza el ripio y la arena en toda la carretera que nos dificulta un poco la conducción, y tras hacer 50 Km. llegamos a la aduana chilena ( otra vez el control aduanero, es un cachondeo), 20 Km. mas de ripio con arena y aparece la aduana argentina (el control no tiene nada que envidiarle al chileno). Luego recorremos 70 Km. mas con ripio y arena pero mucho más llevaderos por lo espectacular de los paisajes. El amigo Darío en medio del recorrido con las dificultades del terreno y las distracciones del paisaje aterriza en medio de la carretera (por suerte sin ninguna consecuencia), y por fin llegamos a la carretera asfaltada en el camino de entrada a la ciudad de Junin de los Andes, prosiguiendo hasta la primera localidad con sitios para acampar llamada San Martín de los Andes. Aquí nos detenemos con la idea de pasar una o dos noches. Nos decidimos por el camping del Automóvil Club Argentino que como siempre nos hacen un lugar (a pesar de lo concurrido en esa época) y nos tratan maravillosamente cobrándonos un precio muy accesible, dadas todas las comodidades que nos ofrecen. (Cabe aclarar que en esa época las zonas de camping en argentina no estaba del todo desarrollada y no era raro encontrar sitios de acampada sin servicios o cualquier otro tipo de comodidad básica ).
Esa misma noche mientras nos disponíamos a preparar la cena conocimos a Marta y Sergio un matrimonio muy amable que acampaban cerca nuestro y quienes nos obsequiaron con unos trozos de carne a la parrilla para acompañar la sopa de maíz y el vino tinto con el que pensábamos cenar. Luego entre los cuatro en la sobremesa surgió una agradable charla con anécdotas y aventuras de viajes de ambos(Marta y Sergio venían en auto y nos comentaron que envidiaban nuestro viaje en moto), tras la cena nos fuimos a dormir en la tienda de campaña que habíamos montado horas antes a orillas de un pequeño arroyo que nos regalo un suave arrullo hasta que nos quedamos dormidos.
Esto parece el paraíso.

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SABADO 15 DE ENERO
Nos levantamos a las 8 de la mañana, y aprovechando las comodidades y los servicios del camping lo primero que hicimos fue ir a bañarnos que en los últimos dos días no habíamos podido hacer. Después de los merecidos baños desayunamos unos mates y luego nos dedicamos a lavar algo de ropa y tenderla. Tras los quehaceres matinales salimos a dar un paseo por el centro de San Martín de los Andes donde acompaño a mi amigo Darío a visitar a un amigo suyo que se había trasladado de buenos aires a esa zona hacia unos meses y del que esperábamos un poco de orientación de que hacer por ahí mientras estuviéramos. Al parecer lo pillamos un tanto ocupado con sus cosas y paso olímpicamente de nosotros, así que decidimos iniciar un recorrido por nuestra cuenta y vamos al súper a comprar unas cosas que necesitamos tanto para esos días como para el resto del viaje, (esta todo carísimo), y parece que se aprovecha por el turismo y no paran de sobre marcar los precios de todos los artículos, así que decidimos comprar lo indispensable( pan, vino, y dos paquetes de salchichas). Alas 11:30 horas volvemos al camping a preparar y comer lo que habíamos comprado( a la botella de vino decidimos agregarle un sobre de zumo tang de naranja, en polvo, mortífera combinación que nos obliga a no conducir las motos ). Después de la comida y de la bebida nos vestimos con bañador y cogemos unas toallas y vamos andando hasta las playas del lago Lacar para aprovechar la tarde, que a pesar del viento reinante estaba calurosa. Disfrutamos bastante de esta playa solitaria, incluso metiendonos en el lago a pesar de que el agua estaba helada y así pasamos una espléndida tarde. A las 19 horas regresamos al camping y después de otro baño preparo unos espaguetis y marchamos a dormir con el plan de que el día siguiente iríamos a visitar Bariloche (importante localidad turística para esquiar en invierno, con importantes pistas internacionales )

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Reservado dia 9

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Reservado dia 10

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Reservado dia 11

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Reservado dia 12

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Reservado dia 13

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Reservado dia 14