
Claro que peor lo tuvo Ovi Wan Quenovi que tuvo la desgracia de tener que ver a un holandes por dentro... junto a su cama. Y como no se entendian tuvo que ingeniárselas por señas y en un mal hablado ingles, que dio pie a malos entendios que demostraron que el sexo no tiene idiomas... pero eso es otra historia


