Para quienes no lo sepáis, me caí de la moto por una manguera de limpieza del ayuntamiento que me hizo resbalar la rueda trasera. Una tontería de caída. No me pasó nada y a la moto casi nada tampoco, pero los desperfectos había que arreglarlos.
Estas cosas son rápidas de arreglar pero a la vez no tanto. Fueron dos o tres mañanas hasta última hora en el taller de Leo. Él y toda su familia. Empezando por él mismo, su suegro y hasta su padre y hermano ayudándome incluyendo a las mujeres que estaban esperándolos, de hecho, incluso llegaron tarde a un cumpleaños de los niños por mi culpa.
Estas cosas parecen fáciles, pero tambien dan sus problemas. Por ejemplo, las defensas se me doblaron. Enderezarlas parecía facil, pero como no son de una pieza sino de dos porque son las originales de Suzuki, pues la pletina costó tela de trabajo ponerlas derechas y que encajaran por el enorme grosor que tienen. Esto sin contar con enderezar los soportes de los deflectores de mano, arañazos en la pintura y en los propios deflectores, alinear la pantalla, etc.
En fin, simplemente quería agradecer a toda la familia la ayuda y las soluciones que me han dado.
Les doy las gracas y digo que son grandes personas, amigos y moteros.
Quisiera nombrar también a Coleta, que se ofreció a ayudarme en los talleres de Canal Sur. No le pedí la ayuda porque por horarios no pudimos coincidir, pero de verdad que gracias también.


