La moto arrancó a la primera despues de tres dias de heladas.
Copiando a los bárbaros, le puse unas esterillas a las defensas con bridas y el cambio fué espectacular, todo el calor del radiador, motor y escape iban a mis piernas. Alta tecnología. Horribles pero imprescindibles.
Y entonces comenzó el infierno, la salida era en cuesta arriba y desde el primer metro ví que tendría problemas, la moto no avanzaba y se iba de lado poco a poco, hasta que se fué del todo y me caí Y NO HABÍA AVANZADO MAS QUE DIEZ CENTÍMETROS, con la ayuda de varias personas levanto la moto y ya sudando comienzo el baile, avanzar cinco metros era un gran esfuerzo y tenía que parar un minuto, los guantes calefactables nuevos de 140 euros se apagaron y no podía desmontar todo para buscar el fusible, con doble guante tienes que hacer muchísima más fuerza para agarrar los puños, probé a quitarmelos pero era muy doloroso pues tenía las manos mojadas.
Mi compañero Oscar si podía avanzar poco a poco y lo perdí en la bruma, no nos vimos mas.
En una de mis caidas ví a Pablo que me ayudó a levantarme y me empujo unos cinco metros. Paré en un chiringuito y su novia Ana lo estaba pasando muy mal por lo que lo lógico era que intentase salir de allí.
CAIDAS DE DIEZ SEGUNDOS.
Estás agotado y acabas de caer otra vez, viene gente andando bajo la nevada y les pido ayuda, de mala gana me levantan la moto entre varios y cuando les doy las gracias se me abren los ojos un montón, parece que se ha movido un centímetro de lado, se me abren todavía más cuando se mueve otro centímetro... no, no pero si estoy parado y con los frenos cogidos, los que estaban conmigo se van al ver el asunto. NO QUIERO CAERME , de pronto los ojos no pueden abrirse más y se mueve - se mueve- me estoy cayendo- aguanto- la pierna está cada vez más abierta-PLAF- me caí. Esta vez no pasa nadie y tengo que descargar todo para poder levantarla, sudando y con los dedos azules no veas como duele amarrarlo todo.
Eran las diez de la mañana y ya me veía acampado de noche en el mismo sitio.
LA SALVACIÓN. OLÉ.
Me acordé que entre los muchos preparativos puse un spray de cadena liquida, a mi lado pararon dos alemanes que tampoco podían seguir y me decían ESPERRRRA, ESPERRRRRRA. Parece que es lo único que sabían en español.
Le puse el spray esperé unos minutos y la goma se volvió pegajosa.
Avanzaba, bailando de lado a lado, pero avanzaba. Cuando conseguí subir la cuesta había pasado hora y media PARA 200 METROS, pero ahora avanzaba, poco a poco empecé a adelantar a todos los que me habían pasado antes , en la bruma se veían montones de motos caidas o aparcadas y personas bregando. Muchos al ver que era el único que andaba me jaleaban y daban voces, no podrían entender como era capaz sin cadenas con esa mole. Bendito spray.
Como es normal de esto no tengo fotos, la cámara era imposible de manipular nevando.
Al no llevar esquies a los lados, iba todo el tiempo arrastrando los dos pies con mucha fuerza y los adductores me dolían.
Pasé mucha gente irreconocibles, no volví a ver a mis amigos. Así unos treinta kilómetros que me supieron a trescientos. Parada a descansar cuando vi una carretera despejada ya bajado lo peor.
Aquí ya pude meter la segunda ... y la tercera... que bien
Por fin las autopistas alemanas, a ritmos decentes.
