El viaje fue llegar a Tarifa para pillar el ferry a Tánger, y de allí fuimos a conocer también Asilah y Larache. Aunque sólo fue apenas un fin de semana, se logró vivir y sentir el ambiente del lugar y conocimos mucha gente encantadora de Marruecos. Fuimos 9 motos, sólo 3 íbamos solos en la moto, y sólo 2 moteras, la otra motera llevaba a otra chica de paquete. Así que al ir así sola en mi motito, con mi tamaño y demás, pues parece que llamaba la atención por la calle y me pitaban y me hablaban desde los coches, pero en muy buen plan, preguntándome de qué parte de España íbamos y cosas así, pues casi todos los marroquíes con los que hablamos entendían perfecto el castellano y casi todos lo hablaban bastante bien, aunque otros te hablaban en francés y otros en inglés. Por supuesto no me faltaron las bromas de los compañeros con lo de mi éxito en Marruecos entre la población masculina, jajaja.
Íbamos 2 motos de 250, una YBR y mi pequeña Intruder, 2 Gold Wing, Transalp, Honda Shadow 650, Honda DN-01, la otra motera llevaba una Triumph 1600, y el guía que llevaba una scooter para que fuera más cómoda su mujer y porque sabía que el ritmo sería tranquilo y con esa moto iría mejor que con la deportiva.
En un sólo viaje he concentrado una gran cantidad de dificultades que al final he superado con más o menos tensión, pero he salido airosa. Le temía a la rampa del barco y al viento de Tarifa, pero al regreso después de la que nos cayó en un tramo de África, en Tarifa parecía que hacía una brisita ná más! jajaja.
Me he impresionado de cómo un grupo de 15 personas que no se conocían de antes hayan llegado a conectar de esa manera en sólo 2 días, con la sensación de conocerse de hace años y cuidándonos entre todos de una manera especial.
Mi imagen de Marruecos ha dado un vuelco de 180º, salvo por el tema de la situación de las mujeres allá que para mí forma de pensar no está bien. Pero lo que es el tema de seguridad y el trato con la gente fue flipante, me impresionó la amabilidad y hospitalidad que tienen todos, sin importarles que no le hayas comprado ningún reloj de los que te ofrecían te regalan una sonrisa estupenda, se desviven por indicarte el camino cuando les preguntas y son en general una gente muy dulce. Me ha encantado esa tierra y su gente, que dentro de sus carencias te miran más con admiración que con envidia, son pillos en el regateo pero sin maldad, al final todo termina en unas risas, donde tanto el cliente como el vendedor terminan convencidos de que han hecho muy buen negocio y han sido el más listo de los dos. Me encantaría volver, me ha sabido a poquito, y el resto de compañeros también decían lo mismo, pues todos fuimos "primerizos" en ese país.
Caray, vaya manera de estrenar mis alforjas y hacerme el 1er viaje serio con mi motito, toda una aventura guapa guapa. No quise decir nada antes en los foros porque estaba de los nervios y como alguien me dijera algo negativo era capaz de echarme para atrás, pues estaba de a toque. Sólo quiero decirles que si a alguien le surge una oportunidad como esta y le coincide que puede permitirse hacer el viaje... que no lo dude ni un minuto!
Muchas gracias por dejarme compartir con ustedes esta experiencia que ha sido tan bonita y donde he dado otro pasito más como motera, por supuesto que todavía sigo igual de torpe en muchas cosas, pero sólo los kms lo pueden ir resolviendo. Sigo haciendo fatal las curvas en lento, pues como me decía un compañero después de ver una burrada que hice en una rotonda: es que tu no te tumbas! jajaja.
Tarifa, Aduana en el Puerto

En el barco

Asegurada para el viaje

Aduana de Tanger con la ciudad de fondo

Los trikker con caja de camioncito abundaban por todas las calles

Camino a Larache




En Larache


En Asilah


Tanger, Aduana del Puerto el día del regreso a casa

De nuevo asegurada en el barco para el regreso al puerto de Tarifa
